domingo, 31 de octubre de 2010

...pero hubiera valido la pena...

Ella ya no sabe que más llorar, pues a lágrimas, tinta y sagre ha inundado un oceano.Dejó de ser la princesa de ojos de esmeralda y vuelve a navegar por él, oscuro, profundo, donde todo queda al margen del presente, donde el norte vive anclado en el recuerdo.

Ella no es capaz de ver como el sol se pone y amanece más tarde. En su oscuridad los rayos de luz son destellós de los ojos de él. En su silencio la melodía es su voz. En su agonía la felicidad es su vida.

Ella ya no tiene unos labios que besar
y besa el alquitrán.

Y vencerá finalmente, pero hubiera valido la pena luchar hasta la muerte. Ella sigue siendo cobarde y nunca dejará de serlo.