sábado, 25 de diciembre de 2010

Día de navidad.

Ella vivía en la calle y, cuando el viendo soplaba demasiado fuerte, sonreía porque quizás él si que tendría el valor de llevarla a alguna parte. Había nacido con la mente enferma y amaba y sufría como ningún otro ser parecido. Esa tarde solo andaba, acompañada de las luces que, invisibles, dejaban tras sus pasos el aliento y la respiración entrecortada que combinaba con un semblante impoluto. Difícil hazaña teniendo en cuenta la ansiedad que la hacía cada instante un poco más presa de su propia exigencia.
Tenía prisa por llegar a un lugar que aún no conocía. No sabía si amaba su pasado, si podía llegar a entregarse a su presente, si le quedaban días de vida. Cuanto más andaba más pensaba y su cabeza daba vueltas alejándose del frío asfalto. Tal y como si estuviera agónicamente ebria sentía nauseas y se mareaba, todo le daba vueltas y hubiera cambiado en ese momento todo su cuerpo y sangre por unos brazos que la rodearan y la apretaran extremadamente fuerte. Ansiaba compañía. Hubiera pedido hipócritamente a Dios que la esposara con la carne de algún hombre. Pedía demasiado o solo quizás aquello que, de existir, era suyo y no lograba encontrar en ningún sitio.
Sabía que detestaba su cuerpo más allá de la banalidad de quien cohibe sus mejillas tras las burlas. No podía decidir a esas alturas si odiaba el sexo o si por el contrario moría por no estar haciendo el amor cada jodido segundo que pasaba. Tenía la mirada perdida, o eso debia de pensar quien la viera fumando, sentada en el bordillo, delante de la fuente circular de la redonda. No miraba al infinito si no hacia aquel paraje que, de alguna manera, debía de alcanzar antes de fuera demasiado tarde. De una manera u otra.
Cuanto más tiempo pasaba y más agudizaba su sentimiento de abandono más caía en la cuenta de que, de tener la oportunidad, acabaría entregándose a alguna droga que la sedara y cegara las pupilas de águila con las que había venido al mundo. Fumar era efectivo y agradecía su consuelo amargo, mas no resultaba suficiente para acallar ese fiero fuego que la quemaba por momentos.
Y no estaba triste, sólo ansiosa. Quería gritar, enfadarse, exigir a través de su silencio sepulcral.
Necesitaba el amor más que el aire que respiraba. Más que la nicotina que acumulaba en sus venas.
Y podía pasarse sentada, en la calle, toda una vida.

martes, 21 de diciembre de 2010

Sofía en la calle



"Rosetta de la noche pasea
como lirio de cementerio blanco.
Oro recogido en moño alto, frío abrigo oscuro.
Tacones que restallan en la acera y la conciencia.
Y el rostro bello, bello,
del olor del hielo rasgado
del color del hierro rasgado.

Rosa nocurna pasea
como un poema morado por un teatro de niños.
Aurora en los labios se asoma
como un pintor escondido
que mira y escucha y se esconde
en su hogar de pianos fundidos.

Y es que están la rosa y la espada en un mismo lugar;
se enciende la noche y respira cuando ella se calla:
porque Sofía es dulzura, poema-poeta, ardor que se evita
amor que se encuentra pero no se encuentra.

Rosa nocturna pasea
como una redoma de vivos, como una llave de lluvia.
Como la Piedra Rosetta del dolor humano".


Julián Ayala.

Entre nada y agua fría

Que de sus manos queda ahora el polvo que dejaron sobre las mías y muere por las esquinas de rabia y de miedo mi voz, de ansia y de melancolía la risa que encendían, el pulso de sus corazones de marineros viajantes.
Olvidaron confiarme una brújula y mi mapa se ha borrado a expensas de la acidez salina. Ninguno se paró siquiera a señalarme el norte. En medio de la tempestad sombría de toda la oscuridad que se revuelve bajo la madera de días y días mi semblante palidece, mis mejillas tornan cada vez más pálidas. Ya los aullidos no llegan ni a la costa más certera. Quiero sin duda llegar a tierra pero no sé de qué manera girar el timón y espero, ansiosa y temeraria, vientos que me lleven lejos de esta soledad mojada.
Y espero mientras tiemblo en cubierta y las negras aguas me miran deseosas, me llaman por mi nombre y sentencian mi esperanza. Estoy aterrada.
Y es que me han dejado sola, todos, todos los marineros.

miércoles, 8 de diciembre de 2010

Me apartaré si puedo

Esquivando la vida te esquivo,
esquivo el amor, el vicio
de morir en tus ojos oscuros.

En estos vientos me cautivo,
al borde y calor del precipicio
al que me acerco a observarte, y ardo.

Te pierdes y mientras te vivo,
te olvido la voz que resquicio
del silencio en partir ha tardado.

Y huye, piérdete, olvida.
Entre tanto yo te esquivo,
y contigo esquivo la vida.

viernes, 19 de noviembre de 2010

Definitivo

Nunca nací para odiarlo.
Más ahora dudo.
Quizás si nací, he vivido y él me ha hecho morir sigo en pie porque he vuelto a la vida.
He vuelto a nacer.
Y ahora sí que puedo permitirme ciertas licencias.

miércoles, 17 de noviembre de 2010

Límite

Amor estúpido y locura desenfrenada. Sobrehumanidad . Infinitud. Depresión. Triunfo. Entrega. Delirio, placer y su piel morena.
Vivo anclada en sus labios, ando buscando en la brisa el soplo de su aliento.
Siento que le siento y ardo más que seco mis labios de miel ajena.
Presiento su presencia, aminoro el paso de los días, me desenfreno en los minutos que llena con su dulce y tierna espera.
El Cielo, que un día lo soltó y ahora lo pierde y lo mortaliza y a mí me lo quita.
Cielo, devuélveme la vida.
Devuélveme su cuerpo, su voz, sus ojos que miran donde nadie ha visto nada.
Seguirán los días marcados por estas tenues tonalidades azul grisáceas, aquí donde su fantasma todo lo ocupa.
Si se cuela la luz, me quedo a oscuras.
Si se cuela la luz, dejaré de buscarlo.

domingo, 31 de octubre de 2010

...pero hubiera valido la pena...

Ella ya no sabe que más llorar, pues a lágrimas, tinta y sagre ha inundado un oceano.Dejó de ser la princesa de ojos de esmeralda y vuelve a navegar por él, oscuro, profundo, donde todo queda al margen del presente, donde el norte vive anclado en el recuerdo.

Ella no es capaz de ver como el sol se pone y amanece más tarde. En su oscuridad los rayos de luz son destellós de los ojos de él. En su silencio la melodía es su voz. En su agonía la felicidad es su vida.

Ella ya no tiene unos labios que besar
y besa el alquitrán.

Y vencerá finalmente, pero hubiera valido la pena luchar hasta la muerte. Ella sigue siendo cobarde y nunca dejará de serlo.

sábado, 14 de agosto de 2010

Tintas de quince años

Cada vez se me hace mas imposible evitar no caer en su misterio, y vuelvo a estar en el punto que nunca sobrepaso, callada, inmóvil, viéndolo todo tan mío y tan incomprensible… Sin embargo estoy tranquila, solo siento la llamada de la noche que, en silencioso brillo, reprime algo en susurros que contarme. Sola, como siempre, me acompañan mis ya tan habituales fantasmas, y con ellos preparo bajo sabanas alentadoras ser esencia misma de ese fiel enigma.

¿Que verdad se esconde entonces? No hay nada que vulnere con mas impotencia; sufro y sin embargo creo emitir señales, es mi reflejo el que testifica este verter de aguas prisioneras; gota a gota, gota a gota, en cada latido va mi corazón haciéndolas fluir por el mar de tiempo perdido, por la laguna de los sueños y el río de lo invisible. Forman compañías de oscuridad y luz que me duermen, como a una niña enferma, aunque no obstante soy yo, buscando la respuesta, llorando de agonía en esta despreciable espera.

Mas algunas veces lo creo insignificante ¿Qué más dará estando enamorada? Soy testigo de la única verdad de aplomo, es ya más de una vida la que me ha logrado convencer, la incapacidad de dejar de ver en él mi propia alma, y niego rotundamente algo que diga consumir nuestra llama, ya libre hija de un amor tan puro, que nada en el mundo acabará con ella. No pecar de ignorancia pues es claro, precioso y seguro.
Y si me remito a lo esencial, simplemente físico, sabed también que es luz dulce lo que corre por mis venas, inocencia propia de algo tan elemental como impulsos mismos, como melodías, como ciencia oculta, cielo en tempestades, roces inmortales, caricia absoluta en una piel tan suave que derrocha ternura a la vez forma entera de mi misma un sentimiento eterno y a mi corazón hace expirar de magia. Se refleja ahora el rojo fuego en aquello que nunca existirá ni existe, nada se oye encima del juego de un beso, es el que marca el alma a base de suspiros.

Y te digo a ti que en mi pensar entiendo que me estas escuchando, oscura noche que dices perfilar mis mas profundos miedos, que tocas los misterios de la pregunta jamás contenida en una mirada de cristal, dime la respuesta a esos ojos dulces, la exacta imagen de esa piel morena , y la esencia impune de mi vida misma...
¿Que dirías de mí si corazón tuvieras? ¿Dónde nace el cielo dime noche oscura? Donde comprender si el alma misma duda de estar sola y a la vez soldada…
…a un amor que suma quince primaveras.

sábado, 17 de julio de 2010

Queridos dias de verano que sin ti pasan:

Realmente y no sé si escribir o no es para mi un don o una tortura. Llevo siglos sin estampar estas escarpadas siluetas en papel y Polimnia agoniza en un intento de alzar su voz, rota ya por el tiempo. Los colores se confunden cuando los problemas afloran del más inesperado escondite y ya no diré que te necesito para no morir; mi necesidad es seguir viviendo pueda como pueda para verte cada dia tras esos finos gestos de hombre. Para volver a intentar rozar tu piel segundo tras segundo.
Las palabras se quedan cortas y quizas los dias superpuestos pasaron a ser identicos entre ellos. Esta llama ardiente que nunca dejó de prender en mí ahora me devora por dentro la voz y el pulso. Cada instante que pasa por mi cabeza la posibilidad de que te vayas se aviva mi locura y desespero en estos tiempos sin sentido ni dirección. Apenas necesito mas de una palabra tuya para torcer la vista a un horizonte mas rojo, a un océano mas oscuro o a una noche con mas estrellas.
Sabes de sobra que soy un huracán y que no se hallarán para mí cadenas a mi medida. Yo soy consciente de que adoras ser de carne y hueso, andar sobre este mundo y llamarlo por su nombre. Quizás la vida no nos dará nunca la oportunidad de tener los mismos ojos, pero ahogaré mis gritos salvajes bajo tus duras alas de ángel.
Si hay una verdad absoluta es que he de admitir que realmente quiero estar a tu lado. Por muchos dias que pasen no dejo de leer en ti la vida que siempre me creí dispuesta a tener. Eres mi sueño pero ya dejé de ser egoista. He aprendido a malvivir por mis propios medios, aunque siga ardiendo en mi esta llama que no deja de recordarme quien eres.

Un angel, y te quiero.

martes, 13 de julio de 2010

Cortijo Checo

Que a pesar del dolor de los pastos

Se siguen de cerca las mujeres

Vestidas de arcilla y los brazos

En su cintura se mueven.

Checas republicanas ahora

Antes mozas campesinas, brillan

Bajo el sol y donde mora

La dulce golondrina.

Sin sonidos, más que el viento

El verde terciopelo bebe

De las sombras que vida

Nace en las faldas de las mujeres.

Metal es herradura que hambrienta

Devora profundas llanuras

Metal también oro que cuenta

Finas hebras con ternura.

Y con violines y con galantes

Voces que arrastran melancolía

Va ejerciendo la caballería

De melodioso animal caminante.

Dulces los niños, mozas las damas

Pueblas los días que hicieron de ellas

Las más puras almas republicanas.

Orgullosos los hombres que entre caballos

Trotan los pasos que perforaron

Tierras que sangran vida por los mayos.

Verde es el pasto, verde ahora

Mas por mucho que pasen los años

Verde será y en verde se ahoga.

Suerte del caminante que vio y verá serena

Brillar, oscurecer, cambiar

La ansiada República Checa

domingo, 27 de junio de 2010

Ejercicio descriptivo

Enciendo la luz del baño, entro y cierro la puerta. Echo un vistazo dentro de la bañera y he de salir de nuevo de ahí, abro la puerta, apago la luz. Voy al otro cuarto de baño, el de la habitación de mis padres. No tengo que abrir la puerta pero si he de encender la luz para buscar el gel, lo hago, lo encuentro, lo cojo, cierro la luz y salgo. Cierro la puerta, voy al otro baño, abro la puerta, enciendo la luz, cierro la puerta, dejo el gel en el resquicio de la bañera y me miro al espejo.
Despacio me voy quitando la ropa sin mirarme demasiado, realmente lo hago deprisa, a pesar de ser verano siento frío cada vez que me desnudo. Dejo la ropa mal doblada encima del vidé , aparto las cortinas con la mano y paso dentro de la bañera. La bañera está seca. Rezo porque esté el calentador encendido, de otra manera tendría que empezar a gritar por ello y no estoy de humor para comunicarme con nadie. Enciendo el grifo y pongo mas agua caliente que fría, hablando del ángulo al que giro ambos grifos. Frío. Me aparto.Tarda bastante, estoy empezando a perder la esperanza cuando empieza a templar el chorro . Me lo paso por el cuello y empieza a resbalarme el agua en cascada hacia los pies. De pronto esta ya demasiado caliente. Me aparto y empiezo a regular el aparatoso grifo. Vuelve a tranquilizarse la temperatura. Me siento. Me recosto. Vuelo a dejar que el agua me cale. Me ergo y encajo el tampón en el desagüe. Me recosto de nuevo con el chorro de agua encima. Ha enfriado un poco pero no me incomoda.
De pronto ya no estoy en el baño. Es de noche.Estoy sentada. Veo las estrellas a través de un cristal que traquetea. Es un autobús. Tengo algo encima del brazo izquierdo que rozo conscientemente. Aparto la vista del cielo y de pronto estoy acostada. Vuelve a ser de noche y estoy en mi cama. Hay silencio o por lo menos eso pretendo simular. Estoy sonriendo. Susurro. Sigue siendo de noche, o no, está oscuro. Huele a cerrado. Estoy sentada encima de una superficie verde, bastante baja para ser un mesa, de todas formas lo es. Estoy en silencio. Oigo pasos y espero. Ahora si que es de noche. Voy en silencio andando con la cabeza hacia abajo. A mi lado hay un colegio de verjas grises y unos pasos que me acompañan. Torcemos una esquina. Me vuelvo. Algo me salpica. Agua pulverizada. Esta claro y es de día. Estoy sentada. Sonrío bastante. Sonrío mucho y vuelvo la cabeza. Sigo sentada mas traquetea. Otro autobús. Estoy nerviosa. No tengo claro que veo por la ventana. Es de noche. Ahora estoy de pie y oigo ladrar un perro. Vuelo a estar acostada. Sigue estado oscuro. Sigo sonriendo, mucho. Vuelvo a rozar algo conscientemente. Mucho tiempo. Es de noche mas ya no está tan oscuro. Estoy sentada y tengo algo encima. De repente hay mucho ruido. Ahora estoy de pie. Agarrada a una especie de verja. Es de noche pero hay luz. Es un rincón de un bar. Quiero hacer algo, lo quiero con todas mis fuerzas...De repente hay mucha luz, se oye gotear el agua. Es un baño. Estoy acostada en la bañera. Estoy llorando. Algo me ha distraido. El agua. Se ha puesto fría. Esta muy fría. Me eriza la piel. Esta muy fría. Esta fría. Como el hielo.

sábado, 26 de junio de 2010

NIHILISMO






Nada es transcendente, no hay un fin, no hay una meta.



Una vez confías en que la vida es una historia maravillosa debes arriesgarte a convertirte en invidente. No hay nada mas allá; además, no existe nada ni nadie que pueda decirte cual es el límite de lo aguantable, determinar aquello que puedes pasar con una sonrisa aunque desearías arañar y desgarrar con los dientes.
No podemos torcer los pasos en tiempo mas sí se nos permite torcer la vista y ver como lo pasado siempre fue distinto a lo presente. Apenas ha transcurrido una vida desde que nacimos; morir es el final y nosotros, en medio, no podemos sino crecer confiando en que todo nuestro dolor será pasajero.
Día tras día y hora tras hora debemos asumir el engaño de que siempre habrá algo mejor, algo que nos hará ser libres y que nos espera para recompensarnos tarde o temprano. Cuando ya sea tarde y tengamos que entregarnos a la muerte no sufriremos el desengaño de no haber conseguido nada en absoluto y de saber que hemos vivido absurdamente confundidos, al fin y al cabo ya habremos perdido la vida y hasta el último momento en que la tuvimos con nosotros no dejamos de confiar en su inexistente magia.

miércoles, 9 de junio de 2010

Celos apolineos

Rabia la tinta que en mi pluma agudiza por salir. Llora de miedo por no llegar primera.
Si antes llegas tu, muero. Si se oyen tus versos enloquezco y mi tinta se derrama. Me desangro.

Eres buena y me haces sentir, pero tu tinta me envenena. Tu tinta me esclaviza como me esclaviza el hielo.
Tu tinta parece seca. Tu aunsecia susurra mas dulce que ninguna.
Me vuelves loca, ya me lo has quitado todo. Deja de escribir.

"El dia que no pueda mas, voy a matarte" -Pereza-

viernes, 4 de junio de 2010



Un día hace ya algún tiempo estuve segura de que iba a dejar de llorar. El tiempo se congeló y por la esquina de la estación él apareció. No hubiera podido leer en su rostro expresión alguna pues parecía como si para su corazón esta vida tampoco tuviera ya sentido. Se acercó, con lentitud primero y luego paulatinamente fue apretando el paso a una proporción casi perfecta, digna de un ser inmortal; cuando se paró junto a mi no me tocó, me aferró y me ató con su mirada oscura mientras me decía con el silencio mas profundo del mundo que nos íbamos de allí.


Andamos con sigilo por el parque de la Luz y a cada paso que yo daba me despedía del pedacito de mundo que dejaba atrás; hace algún tiempo hubiera querido seguir andando hasta recorrer todos los jardines que me quedaban por descubrir y poder grabar en mi memoria todas las formas de naturaleza, pero ahora estaba ya muy lejos hasta de desearlo; mis sueños habían pasado a formar parte de una vida paralela que, encerrada en algún cofre, se olvidaba en el pozo mas profundo del universo eterno, una vida pasada que ya no me pertenecía.


Lo miré y estaba sonriendo, mis labios se curvaron imitándolo; eran sin embargo unas sonrisas vacías sin emoción alguna; nuestras almas habían emprendido ya el camino sin nosotros adelantándose en un destino donde sí sonreiríamos consentidamente, ahora éramos solo mecanismos de carne y hueso que caminaban en silencio con una expresión encarecida.


La paleta de colores que el anochecer desprendía a su paso llenó de tonos azulados y grisáceos el edificio mas blanco de la ciudad, la construcción barroca era un reflejo de los grandes palacetes del siglo XIX a los que habían dado el papel de pisos residenciales; era una de las mayores figuras de la ciudad y se caía a pedazos, pero eso no impedía que la gente la siguiera valorando y depositando en ella los mayores sentimientos de nostalgia ; a la par, era un edificio que entraba por los ojos y que hubiera sido el escenario idóneo de las infantiles historias de princesas. La puerta chirrió cuando la cruzamos sacudiéndonos la tierra que nos resbalaba de las rodillas al habernos agachado previamente para cruzar la verja; el antiguo recibidor se nos apareció revestido de moqueta verde hasta la entrada de las escaleras que subían a la primera planta; en una esquina de ellas encontré tres mantas blancas perfectamente dobladas, él se adelanto y estiró una de ellas sobre la superficie de madera vieja, yo cogí la otra y la abracé encima mía al acostarme sobre esa primera manta


Lo sentí pronto cerca rodeándome la cintura con su brazo, el también se había tapado con el grueso tejido, por un momento creí sentir que había algo de sentimiento en esa acción, pero recordé que no estábamos en un lugar donde yo fuera capaz de percibirlo ni el capaz de hacérmelo sentir, fue entonces cuando sacó de su bolsillo dos pequeños frascos de cristal oscuro que escondían su contenido con burlescas transparencias, tomé uno y canalicé mis ultimas fuerzas hacia corcho que presionaba la fría boquilla; creí percibir como él ya apuraba la ultima gota y me apresuré, acercándomelo a los labios y por un momento llegué a notar una desconocida acidez. Él me recostó contra su pecho, parpadee dos veces y caí dormida en el sueño mas profundo que jamás hubiera llegado a imaginar. Esa vez no soñé.

jueves, 3 de junio de 2010

Trayecto

Reparo

Qué hay en mí que nada puedo hacer ahora que soy esclava . Esta letanía corpórea efervece mi sangre helada. Este huracán invisible muerde y araña, apacigua los ecos de mi pasión, esconde las lágrimas que mueren vivas.
Desgarrándote la piel quisiera calmar mi ansia temeraria que te busca , adora y grita desde esta orilla veterana.
Que se apaguen ya tus dulces ojos pardos que me miran, que me duermen tan despacio, que me sufren y castigan.

Elementos

Valiente alma que juegas
con fuego y hielo,
se queman tus brazos
congelan tus huesos.

Del frió hiriente cura
la llama tu cuerpo,
dolientes quemaduras
cicatriza el hielo.

La llama ardiente funde
el hielo.
El hielo puro atenua
el fuego.

Y poco a poco todo
en carne y hueso envuelve:
fuego y hielo
en una pasión. Tenerte.

Rendición

Siento como su olor penetra la seda
de las injurias que nos desvelan,
como su boca desgarra la puerta
que nos separa, que nos enreda.

Serena o no, le amo como un animal,
animal que ansia, fiera.
Con un instinto sobrenatural
del que desprenderme ya no pudiera.

Me ha hecho veneno y elixir
de la propia enfermedad que muero.
Ahora él es el desliz que desnuda la piel del cuerpo.

Ahora él es el pecado y le amo
como amo la muerte o el dolor,
como amo la vida, como amo el deseo y como amo el amor.

Desvíos

Esta pasión enferma
que con odio y con deseo
va quemando los resquicios
que me quedan sin quemar.

Este triunfo que se besa
con la derrota, con la boca
que un día lo ama
que un día lo olvida

Esta amarga espera va matándome poco a poco
y no puedo ni siquiera rendirme
la fuerza que no gasto en respirar sigue buscando tenerte cerca, aguantarte
agarrarte en medio de esta destructiva y brutal tormenta.

Ya no hay nada que pueda hacer para callar este grito que brota desde lo mas profundo de mi. Las palabras son las mas simples y mi vida cada vez agoniza pasos inconclusos, tan sencillos como los de un mortal.
Soy mortal y muero ahora por ti , porque he vuelto a enredarme en noches . Vuelvo a ser nocturna y esta vez ni siquiera busco un amanecer. Prefiero caer luchando que pervivir sin ti.

Final

La pasión se las da de amor, y no es amor pero enferma como si lo fuera.
La pasión graba a fuego las señales de su piel, la pasión desvincula la vida de tu vida para que sólo seas capaz de respirar su cercanía.
La pasión es roja , mas es amor es negro. En la oscuridad se ama y la pasión de sangre se alimenta.

Como del tiempo escapó.
Como del agua escurrió en mis lágrimas los últimos suspiros que hablaban de mi.
Como de los cielos se alza por encima o como de los infiernos hunde por debajo.
Como de quien no nace no está conmigo, como de quien se pierde huye sin mi.
Muere en la lejanía, hace de mi sueño fotografía.




Adiós

domingo, 9 de mayo de 2010

Como un fino hilo de luz que en el horizonte ondea el día, vendrán a poblar mis venas bálsamos de pura vida.
El corazón palpitará y despolvoreará sereno. Dormirá sereno y despierto bailará al compás de canciones sin versos grises, melodias de versos libres.
Y la libertad será otra vez sagre de mi piel y no espina de mis huesos; y la libertad y la pena al fín saldrán de mí, una para guiar mis pasos, otra para siempre morir.

sábado, 8 de mayo de 2010

Viola Elena V.J

El hombre arrastraba sus pasos a lo largo de la estación buscándola. No sabía ciertamente lo que buscaba porque lejos estaba de poder imaginarse lo que iba a encontrar; un rostro frío, una cara desencajada, quizás una nueva identidad anclada en esos ojos castaños que, en otros tiempo, miraban tanto al suelo. Los trenes descansaban silenciosos, esperando a que la mañana despertase y los sacase de su sueño. “Es muy temprano” - pensó, pero probablemente a estas alturas ella también habría roto con el tiempo. La buscó con la mirada diez, quince, treinta minutos mientras sus pasos acompasados resonaban en la soledad sombría de esa mañana de febrero. Acabó por sentarse en un banco de piedra que se empotraba contra la gris pared de la estación cuando los recuerdos, como venidos del pasado, se hacían ahora claros en su mente. El sudor injustificado empezaba a empañarle la frente y de entre todas las cosas que atormentaban su conciencia una de ellas le hizo perder el control de su respiración. “Las cosas no son tan fáciles ahora, o por lo menos para mí. Quizás haya conseguido todo mientras yo aquí, que fallé una vez, sigo sin hacer que el tiempo pase a mi velocidad”- pensamientos que fueron nada una vez pensados. Él estaba allí y allí permanecería si debía de caer la noche. No había recorrido una vida entera para obtener ahora un silencio de trenes.

jueves, 6 de mayo de 2010






La brisa enredaba su pelo que limpio y brillante volvía sus rizos al sol. El mar y la arena andaban cogidos de la cintura y besaban sus labios carentes de reparo alguno. La chica desnudó su cuerpo y , como de la noche, las luces huyeron como mariposas.
Rubia y erguida, la sangre en su piel tatuaba ríos creciendo en su orilla.
Mas la bellísima chica pensó que era susurro lejano, de todas formas morir nunca fue un golpe tan bajo.
(Imagen: Bouguereau )
Cogen mis pasiones una a una las cortinas y desgarran con sus fauces la barrera de la luz. Luz que entra y que penetra en mis pupilas de águila viva.
Tras el resplandor de luz se hacen trizas las fibrillas que mantenian mi dulce brillo en contacto con la razón, inquieta razón que muere sin enfermedad y por crimen. Asesina sea la luz que esconde como arma su inmediata huída, la oscuridad.
Quieren mis versos ser paja del alcoba y de siesta umbría. Ser suspiros de dias de lluvia, ser cauce de licor salado, cauce de penas, reflejos con cadenas y aguas que aún son hielo.
Muere mi amor, sin duda, por no tener en sus días quien se acuerde de su nombre. Sagra pues sí es enfermedad su fín. En mi interior tumoriza la ilusión que habita y en el exterior aún siguen infectando su herida.
Amor, que triste es amar y ser amado cuando seas tú solo el que las dos enmiendas llevas.
¿Por qué seguir?

"Porque aún tengo la vida" (Miguel Hernández)

Saludos, aquí empiezo.